Batalla campal de hinchas en México deja 23 hospitalizados
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Veintitrés personas continúan hospitalizadas el domingo, tres de ellas graves, luego de la batalla campal que ocurrió en la víspera en un partido de la primera división del fútbol mexicano entre el Querétaro y el visitante Atlas, informaron las autoridades del gobierno del central estado de Querétaro.
El encuentro por el torneo Clausura fue interrumpido a los 62 minutos cuando aficionados ingresaron al campo, buscando alejarse de una pelea entre barras de los dos equipos que comenzó en la cabecera norte del estadio Corregidora, de Querétaro, ciudad ubicada 218 kilómetros al norte de la capital.
"Lo que pasó ayer me llena de dolor, de vergüenza y de mucha rabia", dijo el gobernador del estado Mauricio Kuri en una rueda de prensa el domingo. "No tengo palabras para condenar la violencia, el abuso y la sinrazón de lo que ocurrió ayer, pero no estamos para calificar con palabras sino para actuar y eso es lo que vamos a hacer".
La pelea entre aficionados en la tribuna se trasladó a la cancha, donde continuaron agrediéndose a puñetazos y patadas. Algunos utilizaron sillas, palos y barras metálicas para golpearse.
En redes sociales circularon videos en los que se puede ver cómo algunos aficionados, presumiblemente del Atlas, yacen inertes, desnudos y ensangrentados en las inmediaciones del estadio.
"Tratamos de identificar con los videos a los que tenemos (hospitalizados) y ya identificamos a tres, pero están estables y vivos, aunque la imagen pudiera decir otra cosa, pero no tenemos defunciones", dijo la secretaria de salud del estado, María Pérez Rendón.
Kuri dijo que el total de heridos asciende a 26, de los cuales tres ya fueron dados de alta. Hay tres en condición grave, 10 delicados y 10 sin gravedad.
"Aunque no hay muertos no podemos decir que no es una tragedia", dijo el mandatario estatal.
Autoridades de seguridad pública dijeron que hasta ahora no hay detenidos y Kuri dijo que la fiscalía trabaja en dar con los responsables.
Además, el gobernador afirmó que se abrió una investigación para saber qué fue lo que falló operativamente dentro del estadio para que la violencia escalara a ese nivel.
En México la seguridad en los estadios corre por cuenta del club anfitrión. En muchos casos se tiene presencia tanto de la policía local como de cuerpos de seguridad privados y las barras visitantes siempre son custodiadas en las tribunas por policías que impiden los enfrentamientos.
En algunos estadios, como el olímpico de la capital, donde juega Pumas, la barra visitante tiene que salir escoltada antes que terminen los partidos para evitar peleas en las afueras del estadio cuando terminan los encuentros.
Las autoridades estatales de Querétaro informaron que en el partido del sábado el control en su mayoría fue de un grupo de seguridad privado, aunque sí había agentes de la policía local, sin entrar en detalles.
"Si la empresa no tenía elementos o capacitación suficiente, vamos a trabajar para fincar esa responsabilidad ", dijo la secretaria de gobierno del estado, Guadalupe Murguía
En imágenes de televisión se pudo observar como ese cuerpo de seguridad privado era integrado en gran parte por mujeres que se observan intentando separar aficionados sin éxito.
"La seguridad del estadio es responsabilidad privada, pero reconozco que pese a ello, el estado de fuerza pública fue insuficiente y que no actuaron con la prontitud que ameritaba", admitió el gobernador.
La Liga MX suspendió los tres partidos que tenía programados para el domingo y el presidente de la entidad Mikel Arriola se trasladó a Querétaro para entrevistarse con los dirigentes de los Gallos Blancos.
Aficionaos del Querétaro ya habían participado en una invasión de cancha similar en octubre de 2019, cuando se presentaron peleas en las tribunas entre hinchas de los Gallos Blancos con los del Atlético de San Luis.
En esa ocasión, el entonces presidente de la Liga MX, Enrique Bonilla, dijo que se trabajaría para mejorar la seguridad en todos los estadios.
Entre lo que se busca desde entones es identificar a los integrantes de las barras para poder dar con responsables cuando ocurran actos violentos, pero la mayoría de los clubes sólo tienen reportes de los líderes y no de todos los integrantes, de acuerdo con Arriola.