Captura de Caro Quintero podría ser una señal para EEUU
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — La motivación de Estados Unidos para atrapar al capo Rafael Caro Quintero, por quien ofrecía una recompensa de 20 millones de dólares, ha sido firme desde hace 30 años: llevar ante la justicia al presunto responsable de la tortura y muerte de un agente de la DEA en 1985.
La de México no tanto, porque aunque Caro Quintero es considerado como uno de los "padrinos" del narcotráfico mexicano, el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha hecho de la captura de grandes capos su prioridad.
Sin embargo, el viernes, pocos días después del encuentro entre el mexicano y el presidente Joe Biden en la Casa Blanca y luego de casi una década de haber sido puesto en libertad por las autoridades mexicanas —supuestamente por un error judicial_, el objetivo más buscado de la agencia antidrogas fue capturado con fines de extradición.
El arresto costó la vida a 14 marinos mexicanos al desplomarse un helicóptero durante la operación —aparentemente por un accidente de causas que la Marina ya investiga—, pero fue celebrado por Washington y podría limar las asperezas que habían surgido desde hace más de un año entre la DEA y el gobierno mexicano.
El capo sinaloense, que ya se encuentra en una cárcel de máxima seguridad del centro del país, fue localizado en las montañas de Sinaloa gracias a un operativo conjunto entre la Marina y la Fiscalía Federal de la República, con la ayuda de una perra experta en rastreo y también de Estados Unidos.
"El equipo de la DEA en México trabajó en colaboración con las autoridades mexicanas para capturar y detener a Rafael Caro Quintero, acusado en Estados Unidos de la tortura y asesinato del agente especial (Enrique) 'Kiki' Camarena", dijo la titular de la agencia Anne Milgram, en un mensaje a todo su equipo divulgado el viernes por la noche. "Es el resultado de años de sangre, sudor y lágrimas".
No obstante, el embajador estadounidense Ken Salazar aclaró el sábado en un comunicado que esa colaboración no conllevó la participación de personal estadounidense en la acción táctica, conducida únicamente por México.
La cooperación entre la DEA y la Marina mexicana hizo que se lograran importantes capturas en las administraciones anteriores pero con este gobierno esto no había sucedido y, además, surgieron fricciones cuando se aprobó una ley que limitaba las operaciones de sus agentes.
"Me parece que en las conversaciones privadas entre el presidente Joe Biden y Andrés Manuel, pactaron nuevamente la entrega de narcotraficantes de alto perfil, que se había suspendido", opinó el analista de seguridad David Saucedo.
El experto consideró que ambos mandatarios enfrentan presiones internas para luchar con más fuerza contra los cárteles y que capturas como esta son positivas.
Para Samuel González, fundador la oficina especializada en Delincuencia Organizada de la fiscalía mexicana y ahora analista de seguridad, la captura podría no tener un efecto importante en la actividad criminal ya que Caro Quintero no era tan poderoso como hace décadas. Incluso podría generar más violencia en territorios como el estado de Sonora, fronterizo con Estados Unidos, por cuyo control hay actualmente sangrientas luchas.
Sin embargo, añadió, supone un logro para el gobierno de López Obrador porque con esta captura "da muestra de que no hay una cobertura de capos" en su administración.
González recordó que Estados Unidos nunca ha dejado de presionar con este tema pero "sin duda" la captura es también fruto de las negociaciones más recientes en Washington.
Las autoridades mexicanas liberaron a Caro Quintero en 2013 tras pasar 28 años en prisión por el homicidio de Camarena y de un piloto del gobierno mexicano. Una corte de apelaciones emitió una orden de libertad y, aunque posteriormente la resolución fue revertida, ya era demasiado tarde: el capo se evaporó nada más poner el pie fuera de la cárcel.
El secretario de Justicia estadounidense, Merrick Garland, agradeció el viernes los esfuerzos de México para atrapar al capo, alabó "la determinación" del país para llevarlo ante la justicia y dijo que el gobierno de Estados Unidos buscaría su extradición inmediata. Mientras, el embajador Salazar hablaba de "otra victoria" en las cooperación bilateral.
"Mi esperanza es que con la captura de Caro Quintero se arreglen muchas tensiones entre la DEA y México", comentó Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la agencia antidrogas.
La Marina y la fiscalía federal mexicana dirigieron la operación en las montañas entre los estados de Sinaloa y Chihuahua, el conocido como "Triángulo Dorado", una zona de cultivo de droga y difícil acceso en el noroeste de México, a kilómetros de cualquier carretera pavimentada. Lo encontraron gracias a una entrenada perrita sabueso de 6 años llamada "Max". Estaba oculto entre la maleza en un lugar de Sinaloa llamado San Simón.
López Obrador dijo que el helicóptero que se estrelló horas después del arresto en la ciudad costera de Los Mochis había participado en una acción de respaldo a los elementos que ejecutaron la captura y que se haría una investigación para determinar las causas del incidente. Solo un marino sobrevivió. El sábado se encontraba grave pero estable, informó la Marina.
Caro Quintero, de 69 años, es originario de Badiraguato, Sinaloa, igual que Joaquín "El Chapo" Guzmán, el exlíder del Cártel de Sinaloa, quien actualmente cumple cadena perpetua en Estados Unidos. Caro Quintero fue uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara y, según la DEA, uno de los principales proveedores de heroína, cocaína y marihuana a Estados Unidos en las décadas de 1970 y 1980.
El capo culpó a Camarena por una redada en una enorme plantación de marihuana en 1984. Al año siguiente, el agente fue secuestrado en Guadalajara, supuestamente por órdenes de Caro Quintero. Su cuerpo torturado fue encontrado un mes después.
Caro Quintero fue capturado por primera vez en Costa Rica en 1985 y cumplía una sentencia de 40 años en México cuando un tribunal de apelaciones anuló su veredicto en 2013.
La Suprema Corte mexicana revocó el fallo de la liberación en 2014, y un año después jueces mexicanos emitieron una orden de recaptura. En 2018, las autoridades estadounidenses elevaron la recompensa por su captura a 20 millones de dólares, una cifra récord en ese momento. Su nombre estaba en la lista de sus 10 fugitivos más buscados del FBI.
En 2021, López Obrador suscitó críticas cuando dijo que la apelación que puso en libertad al capo estaba "justificada" porque supuestamente no se había dictado sentencia en su contra después de casi tres décadas encarcelado. También describió la nueva orden de arresto como un ejemplo de la presión de Estados Unidos.
"Una vez que sale, a buscarlo de nuevo porque viene la exigencia de Estados Unidos de que no se debió liberar, pero legalmente procedió el amparo", indicó López Obrador.
El vocero presidencial Jesús Ramírez aclaró después que el presidente "sólo señaló que es una aberración jurídica que el juez no haya dictado sentencia… pero no defendió su liberación".
Mientras Caro Quintero estaba prófugo, la reportera mexicana Anabel Hernández lo entrevistó dos veces en las montañas del norte de México sin revelar el lugar.En esas entrevistas dijo que ya no estaba involucrado en el narcotráfico.