En los Estados Unidos, se diagnosticaron casi dos millones de nuevos casos de cáncer, de acuerdo a una estimación de la sociedad estadounidense contra el cáncer.

La enfermedad golpea cada aspecto de la vida, y el tratamiento puede consumir la energía de un paciente durante mucho tiempo después de llevado a cabo.

Pero una nueva investigación sugiere que la dieta tiene un rol muy importante en ese proceso.

La fatiga crónica persiste y no cede.

La dietista e investigadora Tonya Orchard, del centro oncológico de la universidad estatal de Ohio, dice que esa fatiga puede tener un impacto importante en la calidad de vida.

“Quienes padecen este problema tienen niveles más elevados de inflamación cuando observamos su sangre", explico Orchard.

Usando los hallazgos de investigaciones previas, que encontraron beneficios de la comida para tratar la fatiga, Orchard lideró un estudio piloto enfocado en un pequeño grupo de sobrevivientes de linfoma.

La mayoría sintió menos fatiga después de adoptar una dieta personalizada, a la que gradualmente se le fueron añadiendo alimentos antiinflamatorios como ácidos grasos omega-3 presentes en alimentos como pescado.

“También estamos observando alimentos que contienen nutrientes como carotenoides, licopenos y betacarotenos, ese tipo de cosas cuyas propiedades antioxidantes permiten reducir la inflamación", dijo Orchard.

Orchard dice que la vitamina B también ayuda, agrego que consumir cinco porciones de vegetales al día es el objetivo y el plato debe ser colorido.

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