HARLINGEN – Nathan Ríos perdió la vista cuando tenía poco menos de tres meses de edad. Dos años después, ya tocaba el piano.

La vida de Nathan, residente de Mercedes, ha sido una de logros a pesar de las adversidades.

“Nos dijeron es que no iba a caminar y no iba a poder hablar”, comentó su mamá, Ruth Ríos.

Nathan nació a las 26 semanas de gestación. Poco después fue sometido a dos cirugías.

“Ya estaba programada la operación para su vista, y se tuvo que retrasar. Así que perdió la vista”, dijo Ríos.

Ruth y su esposo no sabían cómo iban enseñarle a Nathan tantas cosas cuando no podría ver.

“Una de las cosas que pensaba era, 'como le voy a explicar lo que es el arcoíris”, dijo Ríos.

Asi que ella y su esposo empezaron a enseñarle todo lo que podían. Le inculcaron la idea de que no existían límites para él.

Los maestros de Nathan dudaban de su potencial, así que Ríos tomo el control.

“Empezaron a decirle que no podía hacer cosas. Yo, como su madre, se que cualquier cosa es posible. Sólo lo tienes que intentar … no puedes darte por vencido”, dijo Ríos.

Ríos sabía que Nathan necesitaba un cambio, y le empezó a dar clases en su casa. También empezó a dejar que explorara y experimentara la vida.

A sus 14 años, ya es un artista que expone en una galería en Harlingen. También practica el Tae kwon do 

“Nathan es muy especial para nosotros”, dijo Lisanye Sanchez, instructora de artes marciales.

Sanchez comentó que tenía temor cuando Nathan empezó a tomar su clase. No estaba segura cómo le iba a enseñar un deporte centrado en la precisión y certeza cuando no podía ver. Pero creyó en él.

“No podía golpear, no tenía fuerza.  Ahora Nathan hace de todo - no se limita a una sola actividad”, dijo Sánchez.

Ruth dice que Nathan casi no salía de casa.  Ahora es un corredor que participa en carreras en todo el Valle.

Está tomando clases de natación y preparándose para jugar soccer este verano.

Ríos dice que no hay nada que Nathan no pueda hacer.

Una discapacidad no define a un niño cuando se cree en él.