En Brownsville, la familia de Antonio Céspedes enterró a este padre de familia, después de que falleciera por un dispositivo explosivo improvisado, en Tamaulipas, el viernes.

Como un hombre que creó un legado duradero a través de su familia (y su rancho), así es como Ramiro Céspedes quiere que se recuerde a su papá.

"Él siempre estaba preocupado por uno de los ganados que tiene", agrega Ramiro Céspedes, hijo de Antonio Céspedes Saldierna.

Un viaje a su rancho, en la zona de Santa Rita de San Fernando, Tamaulipas, el viernes, terminó siendo el último.

 Céspedes conducía su camioneta cuando las autoridades confirman que pasó encima de un artefacto explosivo, y lo activó.

"Me enojo. Estoy triste. Estoy confundido. Estoy en shock", Ramiro.

Ramiro es un veterano del ejército, fue parte de varias misiones en Irak y Afganistán, y también fue herido por un dispositivo explosivo improvisado  en su despliegue.

Dice que nunca imaginó que su padre sería víctima de otro, en casa, en su rancho.

"Considero que esto es un ataque terrorista porque si fui a la guerra para luchar contra los terroristas, y veo lo mismo aquí, en mi opinión, es un ataque terrorista", agrega Ramiro.

También dentro de la camioneta estaban Horacio López Peña y su esposa Ninfa Griselda Ortega, dos de los viejos amigos de Céspedes.

Noticias RGV confirmó con la policía estatal de Tamaulipas que López también murió en la explosión y que Ortega sobrevivió pero fue herido.

La policía del estado de Tamaulipas no pudo informarnos su condición actual.

El gobierno de Tamaulipas ha advertido recientemente sobre artefactos explosivos en caminos rurales cerca de la frontera entre Reynosa y Río Bravo. Hacia el sur, hacia los límites con San Fernando y Valle Hermoso.

Un portavoz de la policía del estado de Tamaulipas aseguró que estos dispositivos explosivos son colocados por el crimen organizado para mantener a las facciones oponentes fuera de su territorio.

Hace dos semanas, uno de estos dispositivos destruyó una camioneta de 'conagua'. La agencia federal del agua, cerca de Río Bravo.

Ramiro quiere ver el cambio, para que ningún ser querido se convierta en una víctima.

"Son gente trabajadora que quieren seguir sus vidas allá en el ejido, pero son otros individuos los que entran. No son ellos peleando entre ellos", agrega Ramiro.