Jose de la Luz Martínez Ramírez, empresario de Mission murió en Reynosa el pasado fin de semana, como víctima de homicidio después de cruzar la frontera y hacer unos pagos. Su hijo conversó con Noticias RGV sobre el legado que deja su padre, mientras están a la espera de la lectura de cargos de los dos sospechosos arrestados. Para dejar el mundo, un mejor lugar a como lo encontró.

Jose de la Luz Martínez Ramírez murió el fin de semana pasado, su hijo dice que su padre fue un profesor de contaduría en una academia que su abuelo fundó hace casi 90 años en Reynosa.

Su padre fue ganadero e importaba frutas y verduras al Valle, aun después de jubilarse hace 10 años y viviendo en Mission Jose dijo que su padre siguió trabajando invirtiendo en la enviada de frutas y verduras a los Estados Unidos.

"Deja un legado grande, no nada más en su familia y en sus disciplinas", agrega José de la Luz Martínez, hijo de la víctima.

Su padre tuvo una casa en Reynosa. El jueves pasado él fue al centro de Reynosa para pagar su impuesto predial según la familia cuando Martínez regresó a su carro en un estacionamiento en la esquina de las calles allende y Porfirio Díaz él fue secuestrado en su propia camioneta Jeep.

el carro fue abandonado en la colonia del maestro, su celular tirado a un costado del libramiento al puente internacional Anzalduas.

Su hijo Jose decidió conversar con nosotros con la condición de que no mostremos su cara, dice temer por su propia seguridad.

"Y esta es una de las razones por la cual accedí hacer esta entrevista, que me gustaría que tu público lo escuchara, a nosotros, nos ayudó mucho una aplicación", agrega José.

Él dice que una aplicación móvil, ayudó a los investigadores de Tamaulipas encontrar el cuerpo de su padre cerca del puente internacional Anzalduas.

A su familia le duele esta perdida, pero dice que seguirán fuertes lo que le ayuda a José durante estos momentos difíciles, es una historia que le ha contado su padre toda la vida él la compartió con nosotros, de cuando su padre escaló la montaña Popocatépetl mientras estudiaba en la universidad, su padre le contaría sobre viento frío de la montaña, la presión por la altura y la angustia de cada obstáculo y finalmente, la emoción de llegar a la cima.

"Y la adversidad más allá de ser una enemiga es formadora de carácter, y crea historias dignas de contarse 500 veces", agrega Jose.